Y llegó el gran día… día soleado, precioso para volver a subir el Tourmalet (esta vez por la vertiente de Luz Saint-Sevour) empecé por eso la ascensión en el siguiente pueblo, un poco más arriba, donde quedaban unos 18 kilómetros de verdadera subida.
¿Comparaciones con el año pasado? Pues la verdad es que igual o más duro, el paisaje es mucho más «lunar» osea que sin muchos árboles, mucho tráfico igualmente. Por lo que respecta al porcentaje, pues parecido, me sorprendió por eso, cuando quedaban 5-6 kilómetros para la cima un kilómetro al 5% solamente, parecía bajada y todo debido a la dureza de la subida y después el tremendo kilómetro final (ver foto de abajo) al 10% con una rampa final espectacular en el que los autocares no se como pueden subirla, bueno y lo que me costó hacer eso después de toda la subida pues os lo podéis imaginar…
Parada técnica a media subida, sin problemas con los coches (la carretera está peor que por la otra ladera), muchos ciclistas. Ya en la cima coincido con un grupo de catalanes y con una pareja que venían de los Alpes de subir esas montañas y de retorno parada en los Pirineos para hacer lo mismo, sin comentarios. Otro día perfecto de ciclismo, duro de verdad… al día siguiente tocaba recuperación y turismo para afrontar la última subida de ese año 🙁