Manuel Merillas y Claudia Gutiérrez, vencedores de la XIX edición de Travesera Oquendo Integral Picos de Europa

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El viernes a las 2:30 h arrancaba, desde el Repelao, una nueva edición de Travesera Oquendo Integral Picos de Europa. Pese a la hora, la salida presentaba un aspecto inmejorable: espectadores, familiares y amigos, abarrotaban la escena, deseando asistir al pistoletazo de salida, con el tradicional encendido de frontales de los corredores, acompañado en esta edición por el emotivo himno de Asturias entonado por una banda de gaitas.

Por delante, 74 km, 13.000 m de desnivel acumulado, una larga noche subiendo a los Lagos de Covadonga y un amanecer en Horcada Caín. Una carrera al alcance de unos pocos valientes.

Manuel Merillas despuntó desde el primer momento, manteniéndose en primera posición durante toda la carrera. En los compases iniciales de la prueba, parecía que podía rebajar el récord, ya en su poder, pero finalmente no fue así y llegaba a una entregada línea de meta, en Arenas de Cabrales, 10 h y 15 minutos después de la salida. Un recibimiento multitudinario, a la altura de un gran campeón.

El portugués Guilherme Lounrenço, arrancó con buen ritmo y se posicionaba en el segundo puesto pero, finalmente, fue Hugo Cerezo Blanco (11h : 17´) quien consiguió la medalla de plata.

En tercera posición, otro asturiano, Pablo Ochoa Gonzalez, cruzaba la línea de meta, a tan solo 3 minutos de Hugo (11h : 20´).

En categoría femenina, Claudia Lueje se proclamó campeona indiscutible, batiendo el récord femenino con 13h 21´ 04´´. Veinte minutos por debajo de la anterior marca, en posesión, desde 2017, de Eva María Moreda (13 horas y 41 minutos).

En segundo lugar, con una fantástica marca que superaba también el récord de 2017, llegaba la vasca Mayi Mujica Errasti 13h 40´ 20´´. El tercer cajón del podio lo ocupaba Sonia López Bañuelos 14h 45´.

El ambiente ha superado, si cabe, las ediciones anteriores, con una afluencia constante de público tanto en la plaza de Arenas de Cabrales, donde se encuentra la meta, como en diferentes puntos de la carrera y avituallamientos.

Una jornada marcada por el buen tiempo y la alta temperatura durante todo el recorrido.

Como cada año, los voluntarios/as han hecho que la prueba se disputara de una forma excepcional y que los participantes se lleven a casa un recuerdo inolvidable de la madre de todas las carreras.

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