El título de este post es una frase que me encanta, aparece en muchas formaciones sobre gestión de equipos en la teoría apreciativa pero la verdad es que, al margen de eso, es una frase que resumen muy bien el concepto de equipo y lo que podemos llegar a conseguir si podemos transformar un grupo de personas en un equipo.
Hemos de construir el equipo sabiendo lo que queremos realmente construir y conseguir con esas personas, descubrir lo mejor de cada una de ellas y que es lo que pueden aportar al resto para mejorar las capacidades del equipo en general, pensando siempre en retos ilusionantes que mantengan un alto grado de motivación para conseguir esos objetivos determinados con anterioridad. Sabiendo gestionar todas y cada una de las posibles crisis o dificultades que nos puedan surgir durante nuestro camino, pero siempre mirando hacía el objetivo y no centrándose en esos problemas del día a día.
Evidentemente no todo es tan fácil ni idílico como lo que hemos explicado en el párrafo anterior, pero sí que sería el objetivo que tendríamos que tener todos y cada uno de nosotros a la hora de gestionar o conducir a un equipo de personas para que este equipo no se acabe, con el paso del tiempo, convirtiendo en un grupo, entonces sí que nos costarán conseguir mucho más los objetivos propuestos y, más importante todavía, sin haber disfrutado durante todo el proceso.