El cepo del Gobierno a la publicidad del juego funciona, y el deporte lo ha notado pese a que su influencia en el gasto de los usuarios no. En junio de 2021, casi todas las propiedades deportivas españolas pusieron punto y final a sus contratos de patrocinio con casas de apuestas. Sólo algunos como el Cádiz CF aprovecharon la moratoria hasta agosto para estirar sus acuerdos mientras buscaban otro patrocinador principal. Una excepción que no evitó que el gasto de estos operadores en patrocinio se hundiera hasta 1,6 millones de euros en el tercer trimestre del año pasado, el mínimo desde 2015, cuando comenzó su ofensiva en el deporte español.
En el periodo anterior, entre abril y junio, los ingresos por patrocinio ya presentaban una tendencia a la baja, según datos de la Dirección General de Ordenación del Juego (Dgoj) analizados por 2Playbook. El récord en un solo trimestre se alcanzó a cierre de 2020, cuando se conoció el borrador sobre la nueva regulación y las empresas del juego aprovecharon a firmar sus últimos acuerdos. Entonces el gasto en patrocinio se situó en 9,24 millones de euros entre octubre y diciembre de ese año.
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