Ayer no hubo post como es habitual entre semana 🙁 y no fue porque no se quiso sino porque no se pudo y es que fue un día de bólido, la mejor experiencia para poner en práctica la diferencia entre lo que es importante de lo que es urgente y es que tuvimos un ataque al servidor que afectó a diferentes webs, tanto propias como de clientes y trastocó totalmente la planificación del lunes, lo que hicimos fue:
– Primero lo importante: que era recuperar, lo antes posible, las webs de los clientes, al menos la parte pública, la verdad es que costó bastante tiempo, pero era lo más importante de la jornada, después de esto pasamos a recuperar las webs propias.
– Tareas programadas: de todas maneras también se dejó espacio a tareas ya programadas para este lunes y que había una factura detrás, si no se podía hacer todo lo planificado al menos se avanzaba faena.
– Más concentración: el hecho de tener algo tan importante y urgente entre manos, hace que aunque trabajes mucho más lo hagas de una manera efectiva porque estás concentrado en la tarea hasta que se finaliza con ella.
– Planificar lo que no se ha hecho: quedaron muchas tareas por realizar que se tienen que planificar durante los próximos días, tareas menos importantes pero que se tienen que hacer y, lo preferible es que se planifiquen para que no se queden en el tintero.
– Priorización según importancia y objetivos: se tuvo claro desde un principio lo primero que se tenía que hacer, aquello que era prescindible y lo que se podía ir adelantando, esto es muy importante para que no nos haga perder más tiempo en un día en el que precisamente lo que nos falta es eso 😉
Al final de la jornada estaba todo -casi- normalizado, ahora queda la duda y el temor de si volverá a ocurrir, es posible, pero para optimizar todavía mejor esas tareas hay que planificar un plan para poder solucionarlas inmediatamente y seguir con las tareas programadas para la jornada.