A la hora de planificar, la delegación se convierte en clave para poder mejorarla, pero a mucha gente le cuesta delegar o no lo hace de una manera eficiente con lo que no conseguimos el efecto deseado a la hora de delegar, para que sea efectiva tendríamos que:
– Definir la tarea: de una forma eficaz, explicando claramente que es lo que se tiene que realizar y comprobando que la persona que lo ha de llevar a cabo lo ha entendido claramente.
– Definir el nivel de autoridad del delegado: determinar el nivel de autoridad y responsabilidad de la persona delegada es básico para realizar una buena tarea, así todos sabemos hasta donde podemos llegar y cuáles son nuestras responsabilidades sobre el trabajo a realizar.
– Planificar los plazos de entrega: poner fechas de entrega de las diferentes tareas ayudará a que la delegación sea más efectiva, teniendo unas fechas nos obligará a trazar un calendario para poder llegar a tiempo y ver así si se tienen que modificar o no, si no hay fechas la tarea se irá prolongando, prolongando, …
– No imponer la forma en la que realizar la tarea: quizás el más importante de todos, se delega la tarea, no la forma en la que se ha de realizar, eso lo tiene que definir la persona que la llevará a cabo, la forma de trabajar que uno tiene puede que sea incompatible para otra persona, cada uno sabe la mejor manera que tiene de realizar las tareas que se delegan.
La delegación es importante, no sólo para la persona que delega la tarea sino para la persona que la ha de llevar a cabo, a través de los puntos anteriores hemos visto como se ha de delegar eficazmente unas tareas, si los cumplimos todos podremos planificar mejor nuestra agenda, tanto la profesional como la personal 😉