Todos hemos visto a algún deportista que tiene el partido en la mano, a punto de ganarlo y, en ese momento, se agarrota y comienza a fallar en sus acciones. Evidentemente que puede pasar en todos los deportes pero un claro ejemplo son algunos torneos de tenis en el que vemos que un tenista está a punto de ganar el partido y que le cuesta acabar el juego o realiza fallos que antes no había realizado durante todo el partido.
Este podría ser un claro ejemplo del miedo a ganar, podríamos poner muchos más pero lo importante es analizar el porqué pasa y cómo, en la medida de lo posible, lo podemos superar para poder ganar a nuestro adversario. Puede aparecer por diferentes razones y dependiendo también de la personalidad de cada deportista pero algunos aspectos como la presión, el miedo, la responsabilidad, la ansiedad son denominadores comunes en estas situaciones.
La preparación de cualquier deportista consta de diferentes facetas y todas ellas son importantes comenzando por un buen entrenamiento, esta es la base de los éxitos, entrenar cada día con el objetivo de conseguir la victoria y luchar hasta el final de cada partido para alcanzarla, realizar un entrenamiento intenso y con mentalidad ganadora, no sólo en el aspecto físico y táctico sino también en el mental es la primera piedra para evitar que aparezca ese miedo a ganar a nuestro adversario en la recta final de los partidos, hemos de ganar en confianza en nosotros mismos y pensar que somos capaces de superar este posible miedo que aparece cuando estamos a punto de ganar.
Cuando nos encontramos en estas situaciones el deportista se ha de centrar en el presente, justo en lo que le está pasando en ese momento, ir paso a paso y no pensar en lo que ha fallado o en lo que pasará en el futuro, transmitir serenidad en estos momentos es una de las claves más importantes y, también más difíciles en esas circunstancias, no sólo para él mismo sino también como muestra de fortaleza ante su oponente, no nos podemos dejar llevar por la ansiedad de acabar cuanto antes el partido, cuanto más rápido queramos realizar nuestras acciones será mucho peor porque será cuando empecemos a encadenar errores que hasta eso momento no habíamos tenido.
Otros factores como la presión, ya sea la impuesta por uno mismo como por el entorno del deportista, los patrocinadores del equipo o deportista que velan por sus intereses económicos y que siempre les interesa ganar para tener más notoriedad y, aunque en menor medida, pero que no podemos dejar de pasar por alto sería la suerte, ya que en cualquier momento del partido puede hacer que se decida un punto o gol a favor o en contra nuestros intereses y eso nos puede afectar de una forma decisiva para el desenlace, positivo o negativo, de nuestro partido.
En definitiva, el miedo a ganar se ha de tratar de una manera natural en la que una buena preparación previa resulta básica para poder superarla, además la experiencia del mismo deportista será una baza que jugará a su favor cada vez que surja esta situación… ¿se os ocurren algunos otros motivos por los que pueda aparecer el miedo a ganar?