El Torrencial by UTMB®, que celebra este año su novena edición, se incorpora al UTMB® World Series, ofreciendo a los corredores de trail de Sudamérica un nuevo y desafiante reto al que enfrentarse en 2025. El evento, que se celebra en la ciudad de Valdivia, en el sur de Chile, se disputará entre el 19 y 21 de junio y deleitará a los participantes con las impresionantes montañas de la Cordillera de la Costa, la extraordinaria biodiversidad y el espíritu comunitario del país andino.
Los corredores locales están listos para aprovechar la ocasión de competir en casa y medirse con talentos internacionales en seis emocionantes distancias de carrera: 100K Pilolcura – 96 km | D+ 3500 m, 50K Oncol – 50 km | D+ 1700 m, 20K Quitaqui – 36 km | D+ 1100 m, 20K Quitaqui – 22 km | D+ 430 m, Cau Cau – 12 km | D+ 300 m y Saval – 6.5 km | D+ 150 m. Con la posibilidad de clasificarse directamente para las UTMB World Series Finals y de obtener Running Stones, los atletas sudamericanos no solo perseguirán sus sueños cerca de casa sino que podrán pelear por lograr su puesto en la escena mundial.
Una inmersión en el bosque lluvioso templado más meridional del mundo y en las tradiciones de las comunidades que lo habitan
El evento coincide con una importante celebración cultural para el pueblo mapuche: el llamado We Tripantu o Año Nuevo mapuche. Los corredores tendrán la oportunidad de conocer de primera mano y honrar las tradiciones del pueblo mapuche, desde juntarse alrededor del fuego para compartir comida, bebida e historias ancestrales, hasta sumergirse en los ríos como parte de los rituales purificadores con los que se liberan de la negatividad del año que despiden.
La dureza del tiempo se ve compensada por el que es, sin duda, uno de los puntos calientes de la biodiversidad más extraordinarios del planeta. El bosque lluvioso templado, que cubre menos del 10% de la superficie terrestre, constituye un santuario para una riquísima variedad de fauna y flora, que incluye el canelo, un árbol sagrado para la cultura mapuche. Identificado como uno de los 35 hotspots de la biodiversidad a nivel mundial, este santuario es también el hogar del pudú chileno (el ciervo más pequeño del mundo), el puma y un abanico de aves autóctonas cuyos cantos acompañarán a los corredores conforme serpenteen las rutas técnicas.