La planificación personal del tiempo es algo indispensable para poder trabajar eficazmente en nuestro día a día y evitar la falta de concentración o la dispersión que impide que rindamos de una forma correcta, además también hemos de ver este fenómeno como algo más amplio que excede del día a día, sino también a la hora de empezar nuevos proyectos o tareas, alguna recomendación para evitar esta dispersión serían:
– Establece objetivos diarios: cada jornada nos hemos de marcar unos objetivos o tareas a finalizar sí o sí, y la jornada se planificará con el fin de acabar esos objetivos diarios que nos hemos establecido.
– Dedica tiempo a desconectar: tan importante es centrarse en realizar y acabar una tareas como el tiempo que dedicamos una vez finalizada o cada cierto tiempo para desconectar y recargar nuestras pilas para proseguir con nuestras tareas, ese tiempo de desconexión también tendría que estar establecido y, además, es muy recomendable.
– Acaba lo que empiezas: si se empieza una tarea que nos implicará un tiempo no excesivo para finalizarla hemos de acabarla antes de pasar a otras tareas por muy urgentes o importantes que sean, si vamos acabando tareas podremos seguir avanzando para conseguir los objetivos que nos hemos propuesto.
– Priorización: es básico, hemos de priorizar las tareas, primero las más importantes para conseguir esos objetivos y luego las urgentes o aquellas que tienen fecha de finalización más alejada, es importante saber distinguir entre lo importante y lo urgente para evitar esa dispersión que nos provocan esas tareas no previstas.
Si tenemos en cuenta estos 4 factores evitaremos nuestra posible dispersión en las tareas del día a día y, seguramente, trabajando incluso menos horas podremos ser mucho más productivos que antes, yo lo he puesto en marcha y, de momento, no me va nada mal, ¿os animáis? 😉